Son habituales en redes sociales los mensajes donde nos cuentan que grandísimos emprendedores no tenían estudios, que no fueron a la universidad, que fundaron su empresa sin conocimientos de gestión empresarial o que abandonaron la carrera universitaria por considerarla inútil. Tal es el caso Steve Jobs, Bill Gates, Henry Ford, Walt Disney o Mark Zuckerberg.
Estos mensajes arrasan en redes sociales y obtienen miles de recomendaciones, propagándose como una verdad que para crear una empresa que rompa paradigmas no son precisos los estudios. Esta es una posible conclusión. Pero suele derivarse de estos testimonios algo más sangrante: para ser un triunfador en los negocios, mejor no tener estudios.
En cualquiera de ambas conclusiones se produce un habitual error en ciencias sociales: no realizar la llamada evaluación asimétrica. Al fijarnos en Steve Jobs y compañía ponemos el foco en solo una posibilidad: gente que no fue a la universidad y que triunfó con su negocio. Pero faltan otras tres posibilidades: gente con estudios que también ha creado negocios; gente con estudios que efectivamente no los ha creado; y gente sin estudios que tampoco ha creado un negocio.
Si no lo hacemos así, corremos el peligro de dar un mensaje a nuestros jóvenes: no vayas a la universidad o no estudies porque los grandes emprendedores no lo necesitaron. Deberíamos también informarles de cuántas personas que han abandonado la universidad o decidieron no estudiar están ahora sin empleo o sin futuro. Sé que hay un desajuste importante de talento en España y que ir a la universidad no asegura un futuro laboral. Pero no cursar estudios pone aun el futuro más difícil.
A colación habría que comprobar cuánta gente que ha creado negocios sí fue a la universidad o estudió ciencias empresariales. Porque claro, poner un mensaje en redes sociales diciendo que Carlos Slim estudió ingeniería civil no creo que tenga demasiado interés en esta era de deslumbrar a toda costa.
Algunos investigadores han tratado de encontrar una correlación entre nivel de educación y emprendimiento. Hay varios estudios empíricos al respecto. La revista Forbes contabilizó que entre las 100 personas más ricas del mundo el 68% tenían estudios universitarios. Otras investigaciones arrojan correlación positiva, observándose un interesante paralelismo entre actitud y apoyo educativo. Es decir, se ha demostrado empíricamente que estudiar favorece una actitud positiva hacia el emprendimiento, que acaba convirtiéndose en creación efectiva de empresas.
Así que cuidado con las anécdotas o casos puntuales para alcanzar conclusiones generales. Queda muy original postear que Bill Gates no tiene título universitario. Más mérito a su favor. Pero son excepciones. No la regla general. No es conveniente dar mensajes o apoyar conclusiones no contrastadas a nuestros jóvenes. Para crear negocios, los estudios universitarios son muy útiles. Y entre las personas sin estudios, por lo general, se sufre mucho más.