Nací en Barcelona, en 1967. Pertenezco a la generación “Yo fui a la EGB”. Y BUP y COU. Cursé Ciencias Empresariales y MBA en ESADE y la Universidad de Michigan. Mis áreas de especialidad en empresa son la mercadotecnia y la innovación. Sin embargo, desde hace varios años, dedico la mayor parte de mi tiempo a escribir tanto ensayos como ficción.
¿Un economista que escribe novelas y relatos? Esa es una pregunta habitual de quien intenta categorizarlo todo, incluso a las personas. Tal vez no soy economista, tal vez no soy novelista, tal vez soy ambos o tal vez ninguno de los dos. He llegado a la conclusión de que no importa. Disfruto creando, y ya está.
Creando. En mi página web encontraréis a un hombre del Renacimiento que nació por error en el siglo de la especialización. Toco muchas teclas. También las del piano, carrera que dejé en quinto curso, pero que sigue siendo mi pasión. Cada semana cometo un crimen: algunas asesino a Mozart; otras a Beethoven; algún fin de mes, asesino a Bach.
Como el piano lo empecé demasiado tarde, decidí abocar mi creatividad en tres mundos: la economía, la creación literaria y la formación. Son estos, precisamente, los tres temas de mi página personal.
Hasta la fecha, he publicado los siguientes ensayos de economía, empresa o narrativa empresarial: Marketing Lateral (2003), La buena suerte (2004), El vendedor de tiempo (2005), El libro negro del emprendedor (2007), El hombre que cambió su casa por un tulipán (2009), Innovar para ganar (2011), El gran cambio (2013), La Reconquista de la Creatividad (2014), El libro prohibido de la economía (2015) y Seres Excepcionales (2016).
En ficción, mis libros son las siguientes: Relatos absurdos (2006), Palabras bajo el mar (2006), El coleccionista de sonidos (2007), La historia que me escribe (2008), Mil Millones de Mejillones (2010), libro ilustrado por el dibujante Toni Batllori y Tinta (2011). Soy autor de los guiones de cine: El vendedor de tiempo (pendiente de producción), Un inmenso placer (como guionista y director), Un mundo seguro (como guionista y director) y La gran invención (como guionista y director). En teatro, soy autor de los textos de Un pequeño trámite (guionista) y Vaya con Dios (guionista).
He recibido los premios: Shinpukai (Japón, 2005), el Premio De Hoy de ensayo (España, 2009), El Premio Espasa de Ensayo 2015 y el Premio Internacional de Nantes de Cortometrajes (2014).
Escribo cada mes en el suplemento de economía de La Vanguardia desde 2001. Tengo una columna semanal todos los lunes en el diari ARA desde 2014 y en El País Semanal, de forma esporádica, desde 2004. Colaboré durante varios años con el programa La Brújula de Onda Cero, de Carlos Alsina, donde escribía un relato todas las semanas.
Como podéis ver, he escrito y escribo mucho. Abordo muchos géneros porque tengo naturaleza de animal literario, de escritor de oficio.
En el ámbito empresarial, fundé en 1996 la empresa Salvetti & Llombart, consultoría especializada en consumidor, de la que soy actualmente Presidente. Fundé también la productora audiovisual y teatral Greenlemon, que ha producido hasta la fecha cuatro piezas cinematográficas y una obra de teatro.
Soy profesor de ESADE desde 1994, siempre como colaborador académico, durante un tiempo en programas regulares y más recientemente en formación de altos directivos o tareas de investigación y divulgación.
La vertiente de conferenciante está relacionada con toda la biografía que habéis leído. La amplia experiencia empresarial, la inquietud cultural, los artículos, los libros, la investigación, la experiencia docente… Todo ello ha ido fraguando en una capacidad para compartir de forma presencial cuanto he aprendido y cuanto sigo aprendiendo mediante conferencias, cursos o seminarios.
Esa es mi vida, hasta el momento. Quizá añadir que superé un cáncer a los cuarenta y pocos años, quimioterapia incluida. Nunca lo he escondido porque no hay motivo para hacerlo. El cáncer no cambió mi vida. Ya hacía lo que me gustaba cuando me lo detectaron, así que no había nada que modificar. Me curé, gracias a Dios, la ciencia y los médicos, y seguí mi vida. La misma. Pero con más gratitud, apreciando y saboreando cada minuto mucho más que antes y quejándome mucho menos.
Mi lema es una frase de la película Barton Fink, de los Hermanos Coen: “Invéntate la vida”.
Eso intento. Inventarme la vida.